miércoles, 7 de mayo de 2014

La próstata: mitos y realidades



Hablar de la próstata para el hombre es sinónimo de preocupación. Con frecuencia lo primero que llega a la mente de la persona es el examen físico, la palabra cáncer o la capacidad sexual.
En torno a esa glándula se tejen mitos y realidades, y como todo órgano humano, registra cambios que se hacen más evidentes con la edad de la persona y requiere ser sometida a chequeos médicos rutinarios como medida de prevención y tratamiento ante cualquier irregularidad que pueda surgir.
La próstata es una de las glándulas sexuales del hombre, siendo parte del aparato reproductor junto con los testículos, escroto, pene, vesículas seminales y los conductos que sirven para nutrir, guardar y trasportar el esperma. En el adulto la próstata se asemeja en forma y tamaño a una nuez. Está localizada justo debajo de la vejiga urinaria y recubre  la parte inicial de la uretra. Esta última es la que lleva la orina y el semen hacia el exterior del cuerpo a través del pene.
Del funcionamiento y valor de esta glándula conoce muy bien el cirujano urólogo José R. Yunén, quien asegura que no existe ninguna parte anatómica más controversial, que produzca más rumor, aprensión y angustia en el ser humano, muchas de ellas asociadas a informaciones falsas. Una de ellas, señala, es porque se cree que la glándula prostática es el centro de la capacidad sexual del hombre, lo cual es erróneo.
El especialista, sugiere además, que inicialmente se elimine la palabra cáncer, utilizando la expresión de que se trata de una lesión indolente del epitelio cuando los estadios de la lesión encontrada son bajos. Y que ese diagnóstico se conserve para lesiones progresivas no tratadas.
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DESARROLLO DE LA PRÓSTATA

Aumenta con los años:
El tamaño normal de la glándula prostática se adquiere a los 20 años. Su incidencia de crecimiento varía de acuerdo a la edad. Crece un 8% de su tamaño cuando el hombre tiene entre 31 y 40 años; entre un 40 a un 50%  entre los 51 y 60 años y en un 80% después de los 80 años, lo cual se llama hiperplasia, y es benigna. Yunén señala que a veces se dan informaciones que no son verídicas y destaca que para hacer cirugías robóticas se necesita tener una casuística de 150 cirugías de próstatas.

 Explicación que lleva esperanza
El cirujano urólogo José R. Yunén explica que una cirugía de próstata no significa que el hombre tenga que perder obligatoriamente su capacidad sexual, como con frecuencia se cree. Esto así, agrega, porque cuando se está operando, el especialista identifica claramente la próstata y a ambos lados están los nervios.
 Dice que en caso de una cirugía de próstata por cáncer, se extrae la glándula, pero los nervios erectores quedan intactos siempre que la patología no se haya expandido hacia ellos, quedando sin alteración su capacidad sexual.
 En caso de tener que quitar los nervios erectores, explica el especialista, entonces al paciente se le da la opción de una prótesis o implante, que le permita seguir su vida sexual.
Dice que la próstata no tiene función interna y que  su función fisiológica es la excreción del líquido prostático, que es el que le sirve de agua como una piscina a los espermatozoides.
El cáncer
Yunén recuerda que uno de los mayores temores del hombre es recibir el diagnóstico de cáncer de próstata, por lo que sugiere eliminar inicialmente esa palabra cuando los estadios de la lesión son bajos, están entre uno y dos, y que se le debe llamar lesión indolente del epitelio. Entiende que el cáncer debe reservarse para lesiones progresivas no tratadas, superiores al estadio tres.

En los dos estadios primeros, dice, lo que se debe hacer es observar y darle  seguimiento cada seis meses, esto así, indica, porque el cáncer de próstata es de crecimiento lento, se dice que cuando un individuo presenta cáncer de próstata lleva 15 años guardado.
Explica que el cáncer de la próstata es un intercambio genético y epigenético, o sea, que los factores genéticos inciden mucho. Después de la piel, el de próstata es el más frecuente en el hombre y en la región nuestra es la segunda causa de muerte después del cáncer de pulmón.
Se estima, agrega, que el 16% de los nacimientos masculinos tienen probabilidad de tener cáncer de próstata y de ese el tres por ciento morirá de ello. 
No obstante, destaca que un individuo con cáncer en niveles bajos puede vivir bien cinco años sin que la enfermedad se expanda, por lo que el seguimiento es fundamental. A veces el individuo no tiene la capacidad de entenderlo y aguantarlo, se pone nervioso y quiere que de inmediato se le intervenga.
Señala que cuando el cáncer alcanza niveles altos, entre ocho y nueve, ya ha hecho metástasis, por lo que en ese caso se recomienda  no operar. Cuando el cáncer sale de la cápsula prostática no debe intervenirse y lo mismo sucede cuando se detecta en un paciente después de los 70 años, porque la calidad de vida no será igual, lo cual se puede lograr mejor con otros tratamientos.
Sugiere que siempre se le explique al paciente los potenciales efectos secundarios o tardíos, así como el costo de la terapia.
Recuerda que un tratamiento agresivo puede disminuir la calidad de vida, y que el compromiso sexual, control urinario y en caso de terapia de radiación a mediano plazo compromete la función eréctil.
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TIPOS DE CIRUGÍA Y TRATAMIENTO

Cirugía
El especialista explica que hay tres tipos de cirugía para tratamiento del cáncer de próstata, como son la prostatomía radical, la abierta o convencional y laparoscópica y robótica. En ese caso el médico debe elegir la técnica que más domine y darle beneficio al paciente.

PSA
Destaca que el estudio del PSA es un determinador cancerígeno, pero no es determinante, ya que sólo se altera en el 60 por ciento de los casos,  por lo que sigue siendo el componente fundamental el tacto rectal.

Señala que el PSA alto predice la presencia de un cáncer de próstata. Su medición varía de acuerdo a la raza,  en África o individuos de color el nivel normal es de 2.5; en raza blanca es de 2.0 y el asiático 1.85, cuando sus niveles  suben de ahí  llama la atención y es una alarma cuando pasada de 10.
Infección
El doctor Yunén explica que hay diferentes tipos de inflamación de próstata como son la prostatitis aguda, la no bacteriana, la bacteriana, y prostatodinia.

La próstata empieza a crecer a partir de los 35 años y tiene dos síntomas característicos como son el obstructivo y el irritativo. Ese último se manifiesta  con ardor en el pene al orinar, urgencia y frecuencia urinaria.
Otro caso también, agrega,  se da en individuos sin síntomas que de buenas a primeras se levantan y no pueden orinar, están tapados. Si esto ocurre antes de los 40 años tiene una alta probabilidad de cáncer de próstata oculto.
Dice que el chequeo rutinario a partir de los 40 años es muy importante en personas con historia familiar de cáncer y si  no hay esa incidencia, entonces procede que empiece a hacerse a partir de los 45 años.
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