SANTO DOMINGO. "¿Qué tú haces para allá? Tú no estás sonando ya por estar en España, ven para tu país", le decía Antonia Ozuna a su hijo Leonardo Michael Flores Ozuna, el rapero dominicano conocido como Monkey Black, de 27 años.
Antonia dice que había visto "la muerte en su rostro" y le pedía a su vástago que regresara a República Dominicana. Este sábado llegó al país -pero en un ataúd- desde Barcelona, donde fue asesinado de múltiples puñaladas el 30 de abril, por dos personas a la salida de un bar, en la en la localidad de Sant Adrià del Besòs.
Decenas de seguidores de Monkey Black, en su mayoría jóvenes, han desfilado ante su cadáver, custodiado por varios policías, en el polideportivo de Los Mina. Algunos niños cantaban la canción "El sol y la playa" y coreaban: "¡Que viva Monkey Black!". Los restos del artista urbano serán sepultados este domingo a las 3:00 de la tarde en el cementerio Cristo Salvador de San Isidro.
El rapero "La Figura" dijo que Monkey, a quien llamó "guerrero del movimiento urbano", expresaba en "sus rimas lo que realmente sentía, las necesidades del barrio, las necesidades de una comunidad llevadas a música", que es para él el legado que ha dejado.
Charlie Valens - productor y presentador del programa 100% Urbano- cuenta que Monkey Black debutó en su programa con la canción "El sol y la playa". Valens consideró que era uno de los "mejores exponentes del género urbano, de los más humildes, que todo el mundo lo quería" y expresa que causa tristeza su muerte porque era un "pana más".
"El abuelo del mambo" o "La Foca", otro representante del género, dice que su "hermano" Monkey Black era "lo mejor del barrio de nosotros porque fue un muchacho bien dinámico, comenzó de abajo".
Algunas personas llevan camisetas con la foto de Flores Ozuna y muestran pesar por su asesinato. "Él era bueno conmigo, no era malcriado... muy contento, muy alegre, no pensaba que iba a durar tan poco, pero hay que estar conformes con Dios", decía resignada Antonia Ozuna, su madre.
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